Dos personas, un cuerpo y gravedad.
Procastrinar es la conciencia plena de lo que hay que hacer y sin embargo la incapacidad para hacerlo.
Es el reproche que una persona hace a otra.
El forcejeo entre los inquilinos de un sólo cuerpo.
Son un «yo» odiando al otro por su inactividad.
Procastrinar también es la gravedad alterada.
El excesivo peso de las extremidades.
El esfuerzo adicional de cada movimiento.
El cuerpo clavándose en la silla, en la cama, en la tierra.
La suave pero tormentosa culpa de recostarse mirando al techo.
Ver cómo pasan las horas y sentirse peor y peor con cada minuto perdido.
Es saber lo patético del drama, recriminarse por la auto compasión y aún así no poder hacer nada.
Procastrinar son dos personas, un cuerpo, gravedad y polvo que se acumula.