Regresé de la Asamblea Nacional de Asociados (ANA) como regreso de todos los eventos Scouts: con una sonrisa de lado a lado.

Me gustaría describir las maravillas de la Hermandad Scout, hablarles en particular del memorable encuentro accidental que tuve una vez con Scouts Austríacos en un tren y de otras interesantes “casualidades” que el Escultismo me ha dado, pero por hoy me limitaré a cumplir con el necesario análisis que la Nacional de Asociados requiere. Dejaré la Hermandad Scout para otra entrada.

Villahermosa es una ciudad grosera con el viandante: el aeropuerto se encuentra alejado de la metrópoli (lo cual es bueno, pero dificulta la vida al peatón); los taxistas tienen criterios excesivamente subjetivos para cargar pasaje; el uso del transporte público está vetado para los foráneos que desconocemos las rutas, y las largas distancias y el calor desincentivan la idea de ir a pie. De hecho, si no fuera por la generosidad de su gente y en particular por el cálido recibimiento que los Scouts de Tabasco dieron a los participantes de la Asamblea Nacional de Asociados (realizada el 2 de Abril pasado), mi experiencia y la de muchos otros no habría sido lo agradable y reconfortante que fue. Gracias a todos ellos.

El Escultismo es así. Es encontrar en casas desconocidas la calidez del hogar; es bajar del avión con la incertidumbre del transporte y encontrar que ya hay alguien esperándote sin que ninguno de los dos sepa el nombre del otro; es reconocer en el sujeto de enfrente un hermano sólo porque lleva una pañoleta al cuello. Es también, pasar largas tertulias en la casa de un ‘viejo amigo’ que acabas de conocer; es ir a dormir hasta las cuatro de la mañana porque la charla se alargó demasiado y en un par de horas será momento de asistir a la Asamblea; evento que sirvió como pretexto para encontrarnos y descubrirnos.

▪ Sobre lo sucedido en el Crowne Plaza de Villahermosa

A diferencia del Foro Nacional de Clanes, la Asamblea Nacional de Asociados la podemos dividir en tres momentos: antes, durante y después. Siendo el primero y último los tiempos en los que se vive el verdadero y legítimo Escultismo, el resto es sólo politiquería. Sin embargo, por mucho que se critique la grilla Scout, ésta es necesaria ya que influye notablemente en la manera en la que se realiza la vida Scout en México.

Tradicionalmente las Asambleas Nacionales de Asociados nunca se han caracterizado por ser totalmente democráticas, incluso los enterados en la materia aseguran que las primeras Asambleas se realizaban con la única finalidad de satisfacer el requerimiento legal establecido en el Código Civil Federal. Sería irresponsable decir que sigue ocurriendo lo mismo, pero tampoco podemos tapar el sol con un dedo. La realidad es que aún no logramos hacer ni de la Asamblea ni del Consejo Nacional órganos verdaderamente democráticos; se ha avanzado pero falta camino por recorrer.


Este año la Asamblea tuvo un cariz particularmente cristiano durante su apertura. Después de los acostumbrados honores al lábaro patrio (este año lo hicieron elementos del ejército) el Jefe Scout Nacional (Ejecutivo) José Adolfo López Sampsom inició el discurso de apertura citando un largo pasaje bíblico e incluso terminó la oración Scout con un “amén” en lugar de cumplir el protocolo esculta que requiere usar las palabras “así sea” para garantizar la universalidad de credo aceptada por el movimiento Scout mundial.

En el panel de apertura tuvimos la ‘distinguidísima’ presencia de funcionarios de tercera categoría, que yo creo ni en su oficina los conocen, pero que venían en representación del gobierno del municipio, el estatal e incluso del Presidente de la Nación… el año pasado siquiera tuvimos la presencia de Fidel Herrera, “¡que siempre hace lo que quiera!“… ♪ ♬ ♩

▪ De como una tarjeta corporativa cuesta dos horas de discusión

Después de hacer la respectiva entrega de pañoletas honoríficas (desde que Jordi Rosado obtuvo una ya no me importa a quién se la den) la Asamblea pudo proceder a satisfacer el orden del día, que regularmente es un tanto aburrido: se certifica el quorum, se aceptan los nuevos asociados, se les da las gracias a los que se van, se procede a escuchar el informe del Consejo Nacional, de la Comisión de Vigilancia, la Corte Nacional de Honor y el Fondo Scout Nacional. Como regularmente los comisionados se limitan a leer lo que ya está escrito en el Informe Anual, del cual cada Asociado tiene una copia impresa, no es de esperar que digan algo interesante o novedoso en sus discursos.

Sin embargo, gracias a que los Asociados no nos apegamos ESTRICTAMENTE (así con mayúsculas) al orden del día (como algunas voces demandan que se haga), es posible tomar la palabra para expresar inconformidad o inquietudes varias. Tal es el caso del Consejero Nacional Julián Francisco Reyna López (que rindió el informe del Fondo Scout Nacional en lugar de Antonio Pozzi) que acusó al Presidente Scout Nacional Omar Lugo Aguirre de comprar joyería y ropa por un monto mayor de $100,000.00 (cien mil) pesos con la tarjeta corporativa American Express que la Asociación de Scouts de México A. C. (ASMAC) le facilita para desarrollar las funciones y tareas propias de su cargo.

Afortunadamente, y eso hay que decirlo con claridad, Omar Lugo NO robó ni un sólo centavo. Él pagó toda la deuda con su dinero (parece que gana bastante bien). El problema fue que lo hizo después del corte mensual de la tarjeta. Es decir, usó el dinero de la ASMAC para tener liquidez monetaria al momento de la compra y luego pagar la deuda sin generar los intereses que originalmente debía haber pagado si no usaba la tarjeta de la ASMAC. Obviamente no se trata de ningún delito, la Asociación no perdió nada, pero si fue un error ético susceptible de una justa crítica.

El asunto pudo resolverse con relativa facilidad, pero escaló cuando Omar Lugo y varios integrantes del Consejo Nacional trataron de dar “carpetazo”, negando el asunto para pasar rápidamente a otro tema. Ellos alegaron que no estaba en el orden del día y por ello no había razón para discutirlo. Por supuesto, ello encendió los ánimos e inició un debate muy largo que finalizaría con resultados que bien podrían haber sido aprobados en un tiempo mucho menor: se aprobó solicitar a la Comisión Nacional de Vigilancia la redacción de un manual de uso de tarjetas y escribir en el acta que ello se debió a la “necesidad de mayor transparencia”, un ridículo eufemismo utilizado para que en los documentos oficiales no haya mención alguna de las acusaciones hechas. Sería bueno, en términos históricos y de transparencia, que la ANA lleve un diario de debates.

▪ Twitter entra en escena

Mientras que los fans y los resentidos del Consejo Nacional (yo soy crítico pero no me incluyo entre ellos) expresaban su despecho ignorando los llamados a la cordura que particularmente realizamos los Rovers, muchos Asociados nos dedicamos a observar y algunos otros, como mi caso, también a tuitear o a narrar en el Facebook lo que ocurría en la Asamblea (yo sólo envié tweets).

Aún no se disipaba el debate cuando la Consejera Nacional Ana Lorena Gudiño Valdez* se puso de pie y notablemente molesta y exaltada exclamó, palabras más palabras menos, algo así como: “La Asamblea debería regular el uso de las redes sociales porque se está informando en twitter lo que ocurre y afectando la imagen de la asociación”. Ya en el calor de los ánimos y con el ímpetu con el que ella se expresó, fueron muchos los Asociados que aplaudiendo la respaldaron. Afortunadamente yo vi pocos Rovers entre ellos.

*ACTUALIZACIÓN OCTUBRE 22, 2011:
A unas semanas de que Blake fue nombrado Presidente Scout Nacional, Lorena hoy fue anunciada como la nueva Jefe Scout Nacional. No me pronunciaré a favor o en contra, habrá que esperar a ver de qué va el asunto.

Personalmente me parece que, en este caso, decir “regular” es un mero eufemismo para decir censurar. Considero preocupante que se considere que una Asociación Civil “democrática” pueda aludir a un supuesto principio superior: “la imagen pública”, para coartar uno de los derechos fundamentales. Imaginar siquiera esa posibilidad es reprobable y de realizarse tal vez sea incluso ilegal.

Mis cuatro lectores saben bien que yo no soy un defensor irresponsable de la transparencia absoluta, reconozco que hay información que no debe salir a la luz pública inmediatamente. Soy consciente que ciertos datos deben ser manejados con cautela pues pueden tener verdaderas y directas consecuencias negativas para la ASMAC, pero siempre se debe establecer una fecha límite, siempre se debe tener certeza que esa información existe y que será accesible.

Ahora bien, si sucediese que nuestra “imagen pública” no nos favorece, es porque no la respaldamos con la realidad. Me parece una ingenuidad creer que se puede construir la “imagen” de la Asociación a base de mentiras. Si queremos que la sociedad nos vea como una Institución ejemplar, debemos ser en efecto una Institución ejemplar. Pretender cualquier otra cosa es jugar a perder.

Considero que la ASMAC, como el país, está caminando por el sendero hacia la democracia, tan cierto es ésto que hoy yo me atrevo a publicar estas líneas sin (casi) temor a que el Consejo Nacional tome represalias.

Debemos aceptar el hecho que día a día será más común la crítica a las costumbres caducas que conservamos, debemos fomentar que los Scouts de todos los niveles y edades se expresen a plenitud aún cuando no lo hagan mediante los canales “seguros” (como son los foros nacionales). Puede no gustarnos lo que digan, puede que nos incomodemos o nos sintamos ofendidos, e incluso puede que se equivoquen en sus percepciones, pero su punto de vista, el derecho que tienen de expresarlo es pieza fundamental de la democracia y de la civilidad.

¡Por los ideales que representa, el Escultismo es naturalmente democrático, la Asociación que lo representa también debe serlo!

Reconocer a la oposición, no sólo tolerar su existencia sino también la importancia que tiene su presencia para mantener el sistema democrático funcionando, es un gesto de madurez política necesario en todas las áreas y expresiones de la sociedad mexicana, incluida la ASMAC.

▪ Entendiendo las elecciones del Consejo Nacional

Tal como mencioné en una entrada anterior, la Asamblea debe elegir cada año a una tercera parte del Consejo Nacional, órgano encargado de gobernar la Asociación (que es más que administrar).

Se registraron en total trece candidatos al Consejo Nacional, pero sólo contendieron doce, ya que José Juan Rivera Treviño renunció a su candidatura por causas que desconozco. La votación tristemente arrojó los resultados de siempre: se eligieron a los “Consejesaurios” cuyos rostros estamos acostumbrados a ver cada año.

Ante los resultados, es obligado preguntar cómo es que pese a su oscuro pasado (algunos bien valen el adjetivo) y de su repetida, hasta el cansancio, presencia en el Consejo, los Asociados siguen votando por ellos. Creo que la respuesta se encuentra en la distribución del voto.

Podemos considerar a los Asociados en tres grupos:

  1. Provincia (con el 28% de la votación).- Aquí se encuentran los Presidentes de Provincia (PP) y los Asociados de nivel “provincia”. Si consideramos que para ser PP se requiere carrera profesional (aún no entiendo por qué) y el apoyo de toda una Provincia, es de esperar que el promedio de edad de este grupo sea cuando menos superior a los 30 años.
  2. Grupo (38% de votación).- En él se encuentran dirigentes, scouters y Rovers (los Rovers van de 18 a 22 años). Es el grupo más joven pero no por mucho ya que los Rovers aún son minoría y aunque para ser scouter la edad mínima es 18 años, son pocos los que llegan a Asociado teniendo menos de 25 años
  3. Nacionales (20% de votación).- Su edad es imprecisa ya que son elegidos directamente por el Consejo Nacional pero les aseguro que no son “chavales”.

Conociendo ya cómo se distribuye el voto, no debe sorprendernos que los candidatos “oficiales” cuenten casi inmediatamente con poco menos de la mitad de votos que necesitan para ser elegidos (al menos el 50% de la votación). La otra mitad la podemos explicar por el “voto conservador”.

Platicando con los Asociados Rover descubrí que la preferencia electoral de la casi totalidad de ellos estaba dirigida a los candidatos más nuevos, que no necesariamente más jóvenes. Es decir, a aquellos que nunca han estado en el Consejo o que tienen poco tiempo trabajando en Nacional pero si bastante en Provincia y Grupo. En cambio, en general los Asociados de nivel Provincia con los que me entrevisté preferían a los mismos de siempre, argumentando que “ellos ya tienen la experiencia que el cargo demanda”, (para mis adentros pensé: ¡Cómo no! ¡Si llevan metidos ahí más de una década!).

Como sólo se da a conocer los ganadores, no sé la votación precisa obtenida por cada candidato, entonces deberemos imaginar la distribución esperada del voto: todos los sufragios de los Nacionales (20%) van directo a los Consejesaurios de siempre. Por el perfil y la edad es de esperar que la mitad de los de Provincia también (20+14=34), como los Rover son menos de la mitad de los de nivel Grupo, digamos que cuatro de cada seis de su votos fueron conservadores. Entonces, podemos suponer que ordinariamente los Consejesaurios tienen una alta probabilidad de obtener un porcentaje de votación de 56%; suficiente para perpetuarse en el puesto indefinidamente.

Claro que mis cálculos son subjetivos (se basan en el perfil) pero los compensa la idea de que cada Asociado debe elegir a cinco personas, y tal como vieron en mi entrada anterior, es difícil elegir entre los trece candidatos a quien dar cada uno de esos votos, invariablemente, por necesidad o inexperiencia los Asociados Rover y los Asociados críticos votarán por al menos un Consejesaurio.

Lógica similar podemos aplicar en las elecciones de la Corte Nacional de Honor y la Comisión de Vigilancia.
▪ Por una Asamblea roja

Las funciones que desempeñan los Consejeros Nacionales son diversas y como todo en la vida tienen algún grado de dificultad que puede desembocar en problemas si no se sabe cómo manejar el cargo. En este sentido, los defensores del voto conservador tienen razón: la experiencia es necesaria. Sin embargo, cabe cuestionar ¿cuánta experiencia? ¿En qué momento es demasiada experiencia? No vale decir que nunca es suficiente porque la historia ha demostrado repetidamente que a más “experiencia” en un mismo cargo, mayor la contradicción con los cambios generacionales; y de ejemplo está  Porfirio Díaz y sus “científicos”.

Así como es imposible negar la importancia de la experiencia y la práctica, lo es también omitir la irreversible trascendencia de los cambios generacionales. La humanidad siempre está en constante transformación y, especialmente, en la ASMAC los jóvenes son el sector más dinámico.

La velocidad de los cambios ha aumentado en las últimas décadas, mientras que a las generaciones de principio de siglo les tomó treinta años lograr avances, a las actuales sociedades líquidas les basta un lustro para sufrir importantes transformaciones. ¿Cómo entonces es que una Asociación que tiene como objeto social la juventud no está completamente sincronizada ya no digamos con la juventud, sino con la sociedad mexicana misma? Por ejemplo, a la ASMAC le tomó más de un cuarto de siglo reconocer, a medias, que la mujer tiene derechos.El país le dio voto a las féminas en 1953, la Asociación permitió su ingreso ¡hasta 1980!

Apenas hace unos pocos años que se aceptó oficialmente el trabajo de secciones mixtas. Recuerdo cuando los grupos Scouts (siempre cercanos a la juventud) tenían que trabajar en secreto con secciones mixtas porque el reglamento los obligaba a separar los distintos géneros ¿Cuánto tiempo le tomó a la “alta” dirigencia darse cuenta de la necesidad de cambiar el reglamento ante la nueva e imperante realidad social? ¿Cuánto les costó a los Asociados (sin ser alta dirigencia) aceptar la idea? ¿No será que confinados en su “gloriosa” experiencia se olvidaron de ver el mundo?

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La juventud es más que la vanguardia de la Asociación, es el motivo por el cuál existe el movimiento. ¿Por qué entonces los dirigentes nacionales tienden a superar los 35 años de edad? No será acaso que el Consejo Nacional sufre de despotismo “ilustrado”: ‘Todo lo hacemos para y por los muchachos a los que queremos mucho, pero sin ellos porque son inexpertos.’

El voto conservador no sólo responde a la idea de “la experiencia necesaria”, también es producto de la incapacidad personal de entender las nuevas formas de ser joven, y la necedad de aceptar que los tiempos cambian y que ahora es momento de la democracia.

Mis padres y mis abuelos crecieron en un régimen que culturalmente impedía pensar en términos de apertura, libertad de expresión, multiculturalidad y transparencia. Ello les dejó estructuras mentales que les costó bastante trabajo superar. La cultura política mexicana así los hizo y así también conserva a muchos “adultos” que se aferran erróneamente a pensar que “los jóvenes son el futuro” sin darse cuenta que somos el innegable presente.

Hacer de la ASMAC una asociación plenamente democrática lleva tiempo porque las generaciones necesitan realizar un gran esfuerzo para superar los paradigmas bajo los que fueron educadas. Los Asociados que votan exclusivamente por los Consejesaurios lo hacen en buena medida por su incapacidad de renovarse.

La forma de acelerar la marcha de la ASMAC por la senda de la democracia es empoderando a los jóvenes. Con el voto joven que apuesta por la renovación es posible romper el cerco de control tendido por el grupo que gobierna a la Asociación.

ACTUALIZACIÓN AGOSTO 2013: Me alegra escuchar que hoy el discurso de la Jefa Scout nacional Lorena Gudiño recupera mucho de lo que menciono en este texto (ver sobre todo a partir del minuto 4). Excepto por el lugar común y chafa de las “piedras en el camino”, me convence el resto del discurso; esperamos se sigan emprendiendo acciones en ese sentido.

▪ La necesidad del equilibrio en el voto

Tal y como lo demuestran los resultados electorales obtenidos el sábado, para el votante promedio la experiencia de los candidatos está sobrevalorada,  mientras que la juventud infravalorada; eso es un error. Hay que dar la magnitud debida a cada cosa. Busquemos el equilibrio justo entre experiencia y renovación.

Por el bien del movimiento, los Asociados deben dejar de apostar exclusivamente por la mal llamada “experiencia” que en realidad sólo funciona para justificar prácticas autoritarias propias de la época dorada del PRI. El Consejo Nacional necesita de sangre nueva que desde la cúpula de la jerarquía Scout incentive los cambios generacionales necesarios y permita el ejercicio de la democracia en todos los niveles de la organización.

Sólo hasta que disolvamos el cerco de control podremos construir una ANA en la que la presencia Rover sea suficiente para impedir el apoderamiento abusivo de los cargos, pero no la necesaria para “mayoritear” a los Asociados más viejos.

Una Asamblea que distribuya equitativamente su voto y garantice que el Consejo Nacional no pierda la experiencia necesaria para desempeñar sus funciones, pero con la rotatividad y renovación requerida para no caer en el ostracismo generacional y el abuso de autoridad.

Empoderemos a los muchahos no para que cobren revancha a los viejos, sino para que el equilibrio generacional permita un mejor desarrollo de la Asociación y esto repercuta en beneficios para todos sus integrantes y para la sociedad a la que afirmamos servir.

 RNJ11

▪ Sobre el Foro Nacional de Clanes y los pasos que siguen

En general la Asamblea se desarrolló como acostumbra. Sin sobresaltos ni novedades y pese a lo que parece, ello no es bueno. Me habría gustado tener novedades en los resultados electorales pero no fue posible por las razones ya expuestas. Será para la próxima.

Sin ser propiamente novedades, pero sí dignas de mención, hay que decir que durante la ANA se presentó lo que será la Jamboree 2019, producto de la colaboración (sic) entre México, Canadá y Estados Unidos. Aunque yo tengo mis sospechas, pues son los gringos los que pusieron la idea, el terreno de más de cuarenta hectáreas donde se realizará el evento y los que se comprometieron a asumir todas las pérdidas económicas. No es difícil dudar sobre quién lleva la sartén por el mango. Como quiera que sea, la Jamboree será espectacular, repito: ESPECTACULAR. Bastará con decirles que se esperan más de cuarenta mil asistentes de todo el mundo, ¡eso es más que todos los Scouts de México!

Lo segundo que debo mencionar es que el Consejo Nacional entregó oficialmente un documento en el que “responde a las recomendaciones” realizadas por los Foros Nacionales de Clanes de 2009 y 2010. Y al decir “responde” lo hace literalmente: hay una sutil diferencia entre responder y resolver…

En todo caso, sin perder la oportunidad de solicitar al Consejo revisar la ortografía de sus documentos, debo decir que el Foro Nacional de Clanes cumple una función primordial en el proceso de empoderamiento juvenil. Aunque sus resultados formales y oficiales (la carta de recomendaciones que realiza) están controlados, tienen poco impacto y es difícil esperar una repercusión seria como consecuencia de ellos, el Foro ha funcionado positivamente para acercar a los Rovers de todo el país; falta ver cómo aprovechar esos lazos formados y esa energía acumulada.