Tal como mencioné en un post anterior, el próximo 20 de abril tendrá lugar la Asamblea Nacional de Asociados (ANA), de la Asociación de Scouts de México A.C. (ASMAC). Excepto por el chisme y los chismosos, regularmente las Asambleas son un tanto aburridas porque tienen una rutina claramente establecida y predecible. Sin embargo, en esta ocasión los Asociados deberán aprobar o rechazar un amplio paquete de reformas a los Estatutos de la Asociación, mismas que de aprobarse, obligarán a también realizar cambios en el Reglamento y otros ordenamientos.

Si bien la mayoría de los cambios propuestos por el Consejo Nacional son de índole meramente ortográfica y gramatical, hay otros que son de mucho interés para la membrecía de la Asociación, e inclusive hay uno que resulta de interés nacional y, que muy probablemente consumirá un tiempo considerable de discusión el próximo sábado.

I. Asuntos de interés interno.

Entre los asuntos de interés exclusivo de la membrecía hay tres que valen la pena mencionar:

  1. Se pretende ampliar el periodo de gestión de los Asociados, que de aprobarse, pasará de 2 a 3 años de duración. Con ello se acabaría la votación escalonada que actualmente obliga a que cada año la Asamblea renueve la mitad de sus Asociados en funciones. La ventaja para los Asociados primerizos es que tendrán un año para aprender, y dos para desempeñar sus funciones. Por lo demás, todo sigue igual, sólo que ahora los asociasauros de siempre, tendrán que reelegirse cada tres años en lugar de cada dos.
  2. Con la propuesta también se volvería obligatorio que los Asociados informen a todos los mayores de edad de su Provincia, y no sólo a los Dirigentes de la misma. En el documento presentado por el Consejo se asegura que es parte del empoderamiento juvenil, pero en realidad es un mero acto de justicia, pues el verdadero empoderamiento juvenil será hasta que se garantice la presencia de un(a) Rover por cada Provincia.
  3. Se pretende preparar el terreno para desaparecer la figura del Comisionado de Distrito, que a decir verdad ya no tiene mucho sentido de ser. ¡Enhorabuena! Ojalá pronto también se quiten de la estructura otros cargos que sólo sirven para engordar el organigrama y fastidiar los procesos burocráticos.

Procedamos entonces a ver la propuesta de reforma al Artículo 20, que espero cause brillantes e interesantes intervenciones en el pleno de la ANA.

II. Soft Power Scout

El artículo 20 del Estatuto contempla la posibilidad de nombrar “Miembros Honorarios” a todas esas personas que, sin estar adheridas a la ASMAC, brindan apoyo o son solidarios con la misma. Es por así decirlo, una forma de agradecer sus servicios. Por ejemplo, un ciudadano que dona uniformes a la Asociación puede ser nombrado miembro honorario, o al menos esa es la versión políticamente correcta.

La realidad es que la figura de Miembro Honorario también es una forma de poder blando que se utiliza para elogiar, adular o reconocer a personalidades públicas, con el objetivo de obtener su favor. Como botón de muestra, tenemos que en la Asamblea Nacional de Asociados del 2010, se entregó al polémico gobernador Fidel Herrera una pañoleta y se le hizo miembro honorario. Hasta ahora no me queda claro qué clase de servicio pudo haber brindado, si es que lo hizo, a la Asociación.

Tal vez alguien se pregunte por qué resulta de interés para un político portar una pañoleta regalada en el cuello. La respuesta es fácil de suponer si se piensa en la relación que, por ejemplo, mantienen la marca Adidas y el deportista Messi: al usar los tennis de Adidas, Messi otorga prestigio a la marca, y a cambio, la marca le recompensa con un jugoso cheque.  Así, mientras que el futbolista vende a la compañía su talento y su reconocimiento mediático, la ASMAC puede fácilmente capitalizar sus más de 40 mil integrantes, su presencia nacional, su prestigio moral como formadora de jóvenes útiles a la Patria, su sistema de valores, su vinculación con el resto del escultismo mundial, sus proyectos de conservación del medio ambiente, su discurso democrático; sus servicios en caso de desastres naturales, etc. En resumen, la imagen de la Asociación es un botín muy llamativo para cualquier político necesitado de prestigio, y vaya que todos lo están.

¡Vamos que no es lo mismo decir Pepe Pérez, candidato a presidente municipal, que decir Pepe Pérez, miembro honorario del movimiento de jóvenes más grande del mundo, candidato a presidente municipal! A que sirve de algo portar la pañoleta, ¿o no?

III. La modificación del Artículo 20

En el documento de propuesta, Carlos Rivero, Secretario de la ASMAC, declara que con estas reformas se pretende hacer de la Asociación la organización juvenil “de mayor influencia dentro de nuestra Nación”, y al hacerlo en verdad que lo dice en serio, pues este año el Consejo Nacional se propone llevar un ‘poco’ más lejos la figura del miembro honorario: humildemente pretenden alcanzar la silla Presidencial.

De aprobarse la reforma, se agregaría al artículo 20 del Estatuto lo siguiente:

“El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos en funciones será, por ese sólo hecho, Presidente Honorario de la Asociación.

Ahora bien, habrá quien diga que mi formación como politólogo me está haciendo ver fantasmas; que la figura de miembro honorario no es de ninguna forma una moneda de cambio de favores; que reconocer al Presidente de la Nación es sólo protocolo, etc. Sin embargo, a mi favor cito la justificación vertida en el documento de propuesta: la figura de Presidente Honorario surge con la intención de “lograr mayor vinculación y presencia en las esferas gubernamentales”, ya que brinda “sentido de pertenencia del titular del Ejecutivo Federal con el Movimiento Scout”. ¿Acaso escuché un “no que no, chata”?

Nombrar a alguien miembro honorario es lo mismo que portar los tennis que produce. Con la diferencia de que si se trata del Presidente, no sólo se puede obtener un jugoso cheque (en este caso, expedido por SEDESOL) sino que además se podrían obtener favores administrativos, trato privilegiado, concesiones, suavidad fiscal, tal vez una ampliación a Meztitla…  Visto así, y si dejamos a un lado aquello de “cifrar el Honor en ser digno de confianza”, pues como que no suena nada mal eso de cobijar al presidente ¿verdad?

“En suma, las modificaciones que ahora se presentan tienen por propósito modernizar la vida institucional de la Asociación, facilitar la participación democrática de los Asociados y generar las condiciones que nos permitan arribar al Centenario de la Asociación como la organización juvenil no sólo más numerosa, sino la de mayor influencia dentro de nuestra Nación.”  Carlos Arturo Rivero Verano

¿Pero acaso sólo son ventajas? En la vida, y en particular en el mundo político, esto nunca es así.

IV. ¿Conviene politizar (más) a la Asociación?

Los Consejeros Nacionales, concientes que al proponer esta modificación al artículo 20 resultaría cuando menos ruidoso, tuvieron a bien justificar el cambio aduciendo que como se trata de el “Presidente en funciones”, y no del electo, “se mantendría a la Asociación alejada de cualquier sesgo partidario”, y que “la creación de esta figura de ningún modo implica la vinculación con partido político alguno”. Parece que creen que por ser el Presidente en funciones deja de ser también el militante de determinado partido político.

Cualquier estudiante de Derecho de segundo semestre sabe que, además de la clásica separación montesquiniana, el poder político puede dividirse en dos figuras diferentes: la Jefatura de Estado y la Jefatura de Gobierno.

Sin ser rigurosos (no es el objetivo de este escrito), podemos decir que la diferencia entre Jefatura de Gobierno y Jefatura de Estado radica en su finalidad más que en su origen. La Jefatura de Estado tiene la misión de servir como símbolo representante de la unidad nacional, de la colectividad y del pacto fundacional de la Patria. En cambio, la Jefatura de Gobierno se encarga propiamente de gobernar y administrar el país.

Para entenderlo mejor, pensemos en el 23-F español. En 1982, como parte de un intento de golpe de Estado, el Coronel Antonio Tejero tomó por asalto el Congreso español con la intención de impedir la investidura como Presidente de Calvo-Sotelo. Inmediatamente después, otro militar, Miláns del Bosch declaró el estado de excepción en Valencia.  Pero antes de que más militares se sumasen al golpe de Estado, el Rey Juan Carlos I, titular de la Jefatura de Estado, emitió un comunicado en televisión en el que desaprobaba el actuar de los golpistas, y en su calidad de máximo representante de la unidad española, llamaba al respeto a la Constitución y al reconocimiento de Calvo-Sotelo como Jefe de Gobierno. El mensaje del Rey bastó para acabar con el intento golpista.

De esa trascendencia es la figura del Jefe de Estado, por eso se supone que el titular (o los titulares) de esta posición se encuentra por encima de las disputas partidistas, porque representa a la nación. En cambio, el Jefe de Gobierno representa a una facción de la población, no es gratis que los Partidos políticos se llamen “partidos”, son una “parte”, una “partición” de la sociedad.

Un Jefe de Gobierno, es un expositor/representante de una parte de la población en específico (su partido y sus votantes), y defiende una idea y un proyecto particular que no necesariamente es compartido por todos los habitantes del país. De allí de que son elegidos por mayoría y no por votación absoluta. El deber de todo partido político es alcanzar el poder para ejecutar desde allí su particular visión de gobierno.

Sin embargo, para bien y para mal, no en todos los sistemas políticos existe una separación entre Jefe de Gobierno y Jefe de Estado. Tal es el caso mexicano, en el que el Presidente de la nación es al mismo tiempo titular de la Jefatura de Estado y de la Jefatura de Gobierno. Es decir, no se puede separar al Presidente de México de su partido, de su programa y de su línea de gobierno. Entonces, si la ASMAC arropa al Presidente con un cargo honorario, irremediablemente estará también arropando a su partido (por él representado), así como a sus políticas y acciones de gobierno.

Si la ASMAC arropa al Presidente con un cargo honorario, irremediablemente estará también arropando a su persona, a su partido, a sus políticas y a sus acciones de gobierno.

Si consideramos que en México el 48% de la población no confía en lo absoluto en los políticos, ¿vale la pena vincular a la Asociación a una parte especifica de la población (o del electorado, según se vea)? ¿En verdad queremos que la Asociación sea vista por la opinión pública como simpatizante de tal o cual partido? ¿Conviene politizar tan abiertamente a la ASMAC? Queramos o no, arropar al Presidente, es dar el visto bueno a lo que él (o ella) haga en el poder.

Consideremos también que las supuestas ventajas que se obtendrían al dar “sentido de pertenencia all titular del Ejecutivo Federal”, dependen exclusivamente del capricho de éste. A diferencia de Messi, el Presidente no tiene un contrato que le obligue a usar nuestros tennis, en cambio, de aprobar la modificación, la Asociación le estará dando carta abierta al Presidente de portar una pañoleta en cualquier evento en el que se presente. Nuevamente, ¿vale la pena el costo mediático? Si el Presidente de la nación se pronuncia con respecto de un tema polémico (por ejemplo el aborto o la legalización de las drogas), ¿en verdad estamos dispuestos a secundar la postura (cual sea) de nuestro Presidente Honorario?

Por otro lado, nos dice Consejo Nacional que esta reforma servirá para “lograr mayor vinculación y presencia en las esferas gubernamentales”, pero no dicen quiénes o qué tipo de vínculos, ni qué clase de presencia se pretende. Ahora mismo los Asociados deberían preguntarse: ¿Quiénes serán los afortunados que tendrán acceso directo al Ejecutivo Federal? ¿Quienes podrán llamar por teléfono al secretario de presidencia? ¿Acaso esos afortunados crearán “lazos” y relaciones más allá de su encargo como funcionarios de la Asociación? ¿No serán ellos los verdaderos y directos beneficiarios del soft power scout?

V. El caso de la Presidencia actual

Como se puede apreciar en todo el documento, en ninguno de los apartados anteriores mencioné a ningún político o partido en particular. No lo hice porque no hace falta, mis argumentos son válidos independientemente de quién sea el Presidente. No importando su color, el que la ASMAC arrope al Ejecutivo Federal tendrá consecuencias colaterales que probablemente no queremos asumir.

Sin embargo, como politólogo no puedo evitar pensar cuál es la motivación de hacer una reforma de este tipo, justo en este momento y no antes o después ¿No será que los panistas que hay en el Consejo Nacional (y mira que los hay de gran renombre) se sienten un poco descobijados ahora que perdieron la silla?

Finalmente os dejo con algunas abiertas y para nada formales preguntas:

  • ¿Con qué cara Lorena Gudiño, defensora del papel de la mujer, entregará a Peña Nieto, que ni es “la señora de la casa” ni tampoco un caballero ejemplar, el nombramiento de Presidente Honorario (relativo a HONOR) de la Asociación?
  • Mientras que en Londres los Akelas dicen a sus lobatos: “Si te esfuerzas serás como Bear Grylls de grande” ¿En México tendrá el mismo efecto motivador decir “si te esfuerzas podrás citar libros como Peña Nieto”?
  • ¿Después de nombrar Presidente Honorario de la Asociación a Enrique Peña, podremos usar a Paulina Peña como ejemplo del cuarto artículo de la Ley Scout?
  • ¿El Consejo habrá leído ya Étienne de La Boétie? ¿En serio, ya lo hicieron?
  • ¿Los Asociados verdaderamente estarán reflexionando más allá de la “Justificación”, el contenido de las reformas?

22/04/13 Actualización: Afortunadamente el sentido común imperó durante la Asamblea, y pese a los deseos de Consejo Nacional,  no se aprobó modificación alguna al artículo 20. Lástima por los consejeros que no verán los beneficios de semejante acuerdo, y por Peña Nieto, que no se vió beneficiado del cobijo público de la ASMAC. Deberá padecer  la crisis política que le ha dejado sus tiranosáuricas prácticas en Veracruz, sin ningún apoyo a su dolida imagen pública.

 

Os recuerdo que todas las palabras y opiniones aquí vertidas son, por su propia naturaleza, subjetivas y no están exentas de error (se recomienda prudencia al lector) y que se expresan bajo el cobijo de la libertad de expresión y únicamente con la intención de favorecer el debate público en beneficio de la Asociación. Ahora bien, aunque es evidente, no está demás aclarar que LO AQUÍ ESCRITO NO REFLEJA NI EXPRESA NECESARIAMENTE EL PUNTO DE VISTA DE LA ASOCIACIÓN DE SCOUTS DE MÉXICO A.C. NI DE NINGUNA DE SUS PROVINCIAS, GRUPOS O SECCIONES.

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