Aunque bien intencionado, si nos ponemos serios (es decir: a la altura de la realidad), el reciente comercial de Coca-Colallega a resultar un tanto ofensivo. Me parece irrisorio que se atrevan a insinuar que toda la estela de segregación y odio que provoca un muro se “neutraliza” con 200k tapetes de “Bienvenido”; perdón pero eso es estúpido. Es idiota pensar que la caida de una bolsa de valores es equiparable a una nueva edición de “What a wonderful world”.

No alcanzo a comprender cómo es que una persona que comparte su refresco equivale a las muertes que deja un arma ligera ¿Cómo eso puede devolver la dicha a una familia destruida por el plomo? no lo sé… No lo comprendo y no lo acepto. Me niego a aceptar que las más de 1,000 vidas que las armas de fabricación estadounidense han cobrado en lo que va del año tan sólo en mi país, pueden ser justificadas por 60,000,000 cocas.

No quiero que se me malinterprete, entiendo que las intenciones del comercial son buenas (aparte de vender claro) ya que apelan a la esperanza y eso es genial, debemos mantener vivo el ideal de que el mundo vale la pena por que es verdad: lo vale. Pero si nos conformamos con una visión tan santurrona de la vida, muy dificilmente podremos construir un mundo mejor.

Finalmente, quisiera compartir con ustedes una “parodia” del comercial de Coca que considero vale más la pena, sobre todo si se transmite al público norteamericano: