La Ciudad es experiencia. La Ciudad no es el lugar donde habitan nuestros cuerpos sino el espacio en el que existen nuestras emociones, en que el que se articulan nuestros anhelos. La candidatura independiente que hoy represento ante ustedes es protesta pero también propuesta.

(Discurso pronunciado en el Primer Foro “La participación ciudadana en el marco de la Constitución de la Ciudad de México” realizado el 02 de marzo de 2016.)

Mi Ciudad es: nuestra. 29 de enero. Esquina de Insurgentes y Ribera de San Cosme. Autos y viandantes disputan el derecho de paso. La masa de los tamales se sublima entre las ventanas provocando hambre a todos los pasajeros del metrobús. Entonces aparece una mirada furtiva que se escabulle entre la multitud cada vez que es descubierta, que se esconde tras el nerviosismo.

2 de febrero. Insurgentes y Francia. Justo una estación antes de la parada habitual de los universitarios, la mirada se aventura en palabra. “Hola” se pronuncia y se acompaña de una sonrisa. Daniel, originario de San Cosme, acaba de conocer a Sam, tamaulipeca de reciente inmigración.

10 de febrero. Palacio de Bellas artes. Día de concierto, pero también del primer beso.

18 de agosto. Montevideo y la Loma. Día crucial. Daniel logró responder la fatídica pregunta: ¿Muchachito, ¿cuáles son sus intenciones con mi hija?

9 de noviembre. Plaza Río de Janeiro, colonia Roma. Sam sale de la clínica con un sobre en mano. Antes de averiguar su contenido mira al David que gobierna la plaza y se pregunta cuál será su futuro, durante unos instantes juega con las posibilidades. Media hora después Daniel descubre el paraíso, va a ser padre.

La Ciudad es experiencia. La Ciudad no es el lugar donde habitan nuestros cuerpos sino el espacio en el que existen nuestras emociones, en que el que se articulan nuestros anhelos.

La nueva Constitución de la Ciudad de México debe aceptar esta verdad. La Carta Magna debe reconocer que los ladrillos, edificios y servicios de la urbe existen por una razón: nosotros. La Ciudad es Nuestra.

La candidatura independiente que hoy represento ante ustedes es protesta pero también propuesta. Somos protesta por los requisitos absurdos que se exigen para participar del destino de una ciudad que originariamente nos pertenece a los ciudadanos. Protesta ante el continuo esfuerzo del sistema por resistirse a cambiar y ante los abusos que nuestra actual clase gobernante ha cometido a la capital, convirtiéndola en una trampa para sus habitantes.

Y somos propuesta, especialmente propuesta, porque queremos una Ciudad entendida como proyecto colectivo, como oportunidad para que cada una y uno de sus habitantes construyamos, como mejor creamos, nuestra felicidad.

Las convicciones que defendemos son tres: Dignidad Humana, Derecho a la Ciudad y Futuro Confiable.

Dignidad Humana entendida como el respeto, promoción y ejercicio real de los derechos humanos, la libertad de expresión y la igualdad de género.

Derecho a la Ciudad como el reconocimiento de la ciudad como esfuerzo social, económico y cultural compartido que debe incluir a todas y todos los habitantes de la urbe. Es necesario que las y los ciudadanos participemos de manera efectiva en la construcción de nuestra capital mediante mecanismos factibles de democracia directa: ampliación del presupuesto participativo, referéndum y consultas como algo cotidiano, rendición de cuentas y revocación de mandato. Es tiempo de la Ciudadanía, de democratizar la Ciudad.

Futuro Confiable. Reconocida la prioridad de los humanos como legítimos y originarios destinatarios de la Ciudad, así como su inalienable derecho a construirla y transformarla, es necesario garantizar que nuestros hijos y nietos puedan gozar de la potencialidad de la urbe.

Urgen medidas audaces que garanticen la calidad del aire, la disponibilidad de recursos y, en general, la sustentabilidad de la Ciudad.

También hay que reconocer nuestra realidad demográfica. Hoy, más que un espacio de posibilidad estamos hipotecando el futuro. Hemos construido vialidades intransitables para las personas de capacidades diferentes y transporte imposible para los ancianos. De hecho, cualquiera de nosotros coincidirá en que salir de casa puede resultar odioso.

Desde nuestra plataforma postulamos una Constitución que permita a las y los ciudadanos, y a las organizaciones civiles, impulsar la agenda que brevemente he enunciado. Una carta magna que incluya estos valores es el primer paso para establecer las leyes y programas específicos para lograr que la ciudad sea nuestra.