El 17 de abril de 2016, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) nos negó a 27 fórmulas ciudadanas la posibilidad de presentar candidaturas independientes a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. En respuesta, 17 aspirantes impugnaron la decisión del Instituto ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, lo que finalmente derivó, el 04 de mayo, en el reconocimiento por parte del INE de la candidatura de tan sólo tres de los querellantes.

“Que yo sea yo y no otra persona,
es para mí uno de mis más preciados bienes.”

Haruki Murakami.

Inmediatamente después de confirmar la negativa del Consejo General a reconocernos como candidatura independiente (el 17 de abril), los integrantes del colectivo MI CIUDAD ES: NUESTRA, valoramos las diferentes posibilidades de acción que teníamos.

Ese domingo, los abogados del equipo pronosticaban un 50% de probabilidades de ganar la impugnación, pero también un proceso judicial de al menos dos semanas de duración.

Ahora sabemos que los juristas no se equivocaban, de hecho, las fórmulas que sí impugnaron obtuvieron respuesta hasta 19 días después del fallo del INE; casi la mitad del tiempo autorizado para realizar la campaña electoral. Y pese a ello, aquella noche la vía judicial parecía ser el único camino medianamente viable.

Estábamos ante un panorama muy complicado que en los días siguientes se facilitó con el espontáneo acercamiento que tuvieron tres candidaturas independientes hacía nosotros. Estas fórmulas, reconociendo nuestro buen desempeño durante el proceso de recolección de respaldo ciudadano y nuestra sólida propuesta programática, nos ofrecieron participar con ellas de diferentes maneras. Pero sólo una de las propuestas nos pareció medianamente atractiva: la de Gabriel García Colorado.

Si bien el perfil ideológico del candidato no corresponde con nuestra visión de la Ciudad, su apertura al saludable debate de ideas, su relativa cercanía con la juventud (debida a su labor docente), así como su disposición a encontrar los puntos de coincidencia y a enfocar la candidatura en los mismos, nos hizo re-valorar el camino de la impugnación.

Nuestra candidatura nunca fue de personajes, sino de propuesta. El origen y principal objetivo de nuestras acciones siempre ha sido ampliar la posibilidad de la participación ciudadana.

Bajo ese acuerdo, consideramos que la mejor forma de lograrlo era desde una candidatura que pudiese hacer una campaña completa, por lo que renunciamos a la vía judicial, que en el mejor escenario, nos ofrecía tan sólo tres semanas para lograr una tarea ya de por sí complicada debido a las inequitativas condiciones de la competencia.

Fue así que el equipo de Mi Ciudad es: Nuestra, nos sumamos a la candidatura de Gabriel y asumimos la coordinación de la misma con el acuerdo de únicamente impulsar las posiciones ideológicas comunes: participación democrática y desarrollo urbano con visión humana.

Sin embargo, conforme los días de campaña pasaron, la propia dinámica electoral fue llevando al candidato a ser más específico respecto a su propia propuesta. Y desde mi individual punto de vista, me parece que lentamente se fue alejando del objetivo de promover y facilitar desde la Constitución la participación ciudadana, al mismo tiempo que mostró posiciones ideológicas que respeto pero que personalmente no comparto y que, de hecho, también empezaron a generar fricciones entre las y los integrantes del equipo; antes completamente cohesionados.

Por ello decidí separarme plenamente de las funciones administrativas que desempeñaba en la campaña de Gabriel García la tarde del jueves 05 de mayo.

No necesariamente se trata de un alejamiento de las grandes personas con las que formamos la idea de Mi Ciudad es: Nuestra. Sino de una decisión personal que tomé bajo el cobijo de la autonomía ideológica que el colectivo ha venido garantizado a sus integrantes, y en congruencia con mis propias convicciones.

Más allá de las oportunidades políticas, considero fundamental conservar la integridad del propio pensamiento respecto a las acciones. Sobre todo cuando estas pueden impactar en la sociedad. Por lo que valoro más que nunca el “ser yo y no otra persona”.

Espero que estas palabras sirvan de explicación a quienes han preguntado al respecto de mi decisión.