A pocos días de la Asamblea Nacional de Asociados (ANA) de la Asociación de Scouts de México (ASMAC), el cotilleo político está en su máxima expresión. Este año hemos visto que la discusión pública y abierta sobre el tema es más amplia e intensa que nunca antes. Poco a poco la ASMAC se abre camino a la democracia interna.

En 2011, cuando tuve el honor de ser electo como primer Asociado Rover de mi Provincia, los asuntos de la ANA (incluida la elección del Consejo Nacional) eran tratados exclusivamente por un reducido círculo constituido, en su mayoría por Asociados y Dirigentes provinciales.

La Asamblea era un asunto tan reservado que casi todos los jóvenes y la mayoría de los adultos responsables ni siquiera conocían la existencia de la misma. No me extraña que Fernando Soto Hay mencionara durante la comida de ese año: “Hubo un tiempo en que a la ANA sólo se venía a levantar la mano para cumplir un requisito legal”.

Claramente, aún hay reuniones privadas en las que se intenta cooptar votos, especialmente los de nuevos Asociados y Presidentes de Provincia. Sin embargo, afortunadamente, el escenario está cambiando: cada vez hay más información y mayor discusión.

Cada año las y los Asociados votan con mayor autonomía y de manera más reflexiva, así que confío en que sabrán distinguir y resistir a esos sujetos que ahora aparecen en todos lados fingiendo ser sus amigos para ganar su voto.

Como evidencia de estos cambios tenemos las interminables discusiones en redes sociales (sugiero usar: #ANA2017); los miles de mensajes en WhatsApp (aplicación favorita para la grilla esculta); la importante participación de la Red Nacional de Jóvenes; y las horas de discusión que tanto Asociados como miembros regulares han dedicado a hablar del tema. Todo eso no sucedía así antes. La ASMAC va por buen camino, pero es necesario no aflojemos el paso. La Asamblea debe construir antecedentes: premiar el talento y la apertura democrática y castigar el amiguismo y la cerrazón.

Un par para la juventud

Según los estándares de la Organización Mundial del Movimiento Scout (OMMS), nuestro Consejo Nacional debe estar integrado por al menos un 20% de jóvenes. Es decir, tres de los Consejeros deben ser menores de 30 años. A la fecha ya tenemos a un joven en el Consejo, nos faltan dos.

Por una afortunada coincidencia, este año se presentaron únicamente dos candidaturas juveniles. Curiosamente, ambas son mujeres y ambas tienen una gran preparación académica y un amplio historial que demuestra sus capacidades y liderazgo. Sin duda, Patricia y Oriana son perfiles a la altura de las exigencias del Consejo Nacional.

Considero que es un gran momento para que las y los Asociados le den una oportunidad a la juventud. Patricia González y Oriana Trejo representan una gran oportunidad para encaminar a la Asociación hacia las buenas prácticas internacionales.

¡Les invito a que dos de sus cinco votos sean para estas jóvenes líderes. El Movimiento se los agradecerá!

El fiel de la balanza

Este año se juegan dos visiones, dos maneras de entender al Movimiento y la forma en que debe operar nuestra organización. Las elecciones no sólo consisten en elegir entre uno u otro de los bandos que identifiqué en “Elecciones Scout: Consejo Nacional 2017”. Más allá de si se fortalece el grupo de José Luis Cárdenas o el de Lorena Gudiño, las y los Asociados deberán elegir si desean un modelo abierto y deliberativo para la ASMAC o si quieren uno vertical y autoritario.

Entre las candidaturas hay personajes que han sido destituidos de sus cargos por su mal desempeño. Hay quienes durante años en servicio no han demostrado resultados. También los hay que se dedicaron a descalificar a sus competidores a sus espaldas. Pero también hay quienes ostentan un historial limpio y con resultados. Quienes están dispuestos al diálogo y pugnan por la democracia. Hay quienes no han puesto la fortaleza de su ego en el Movimiento porque en sus vidas normales ya son personas de bien y su éxito les respalda.

A la fecha, de las 14 candidaturas que compiten por un lugar en el Consejo sólo 7 de ellas respondieron la invitación que les hizo la Red Nacional de Jóvenes de publicar una carta de motivos desde el 16 de marzo. Únicamente 5 respondieron las 25 preguntas que les hicieron los Presidentes de Provincia el 10 de abril. Y sólo 9 de ellas respondieron a mi invitación de mantener un diálogo abierto respecto a sus perfiles, realizada el 16 de abril.

Algunas candidaturas participaron en las tres iniciativas. Eso habla muy bien de ellas. Otras, en cambio, prefirieron ignorar a los jóvenes del país y unas pocas, en el colmo del cinismo, no participaron en ninguna.

Si el Consejo Nacional representa a toda la membrecía (sí, con “c”) ¿qué pensar de un candidato que ignora a los jóvenes? ¿qué opinión merece un candidato que confía en su círculo de lealtades y ni siquiera responde a ninguno de sus representados? ¿Por qué alguien debería confiar en candidaturas que no están dispuestas a hablar sobre sus propias ideas y propuestas?

A continuación la relación de sus respuestas, ordenadas por su apertura al diálogo y edad:

Candidatura

Edad RNJ Cicuta

Pdte. de Prov.

Patricia Guadalupe González Mijares

26

Oriana Trejo Álvarez

27

Felipe Leonardo Valero Delgado

41

Francisco Macías Valadez Treviño

68

Erick Hernández García

35

Ramón Vaca Labastida Otero

39

Nélida Barajas Acosta

44

José Arturo Barrios Herrera

59

Antonio Alberto Pozzi y Pardo

72

Erika Cristhell Tobilla Garrido

38

Hugo López Rosas

39

Uriel Rudy González

40

Janintzizic Solórzano Espinosa

41

Leonel Luna Estrada

51

En septiembre de 1994, de una manera socarrona, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, se refirió a las críticas que se hacían de su sexenio como: “A esas ni las veo ni las escucho”. Hay personas en la Asociación que se quedaron atoradas en el pasado y creen que ese autoritarismo debe imperar en nuestra organización.

Hay candidaturas que claramente siguen pensando que ignorar los errores y minimizar a los críticos es como se debe liderar el movimiento. Corresponde a las y los Asociados demostrar que los tiempos han cambiado y que el liderazgo exige apertura al intercambio de ideas y a la rendición de cuentas. Si queremos un mundo mejor, debemos empezar por nuestra Institución.

No es nada personal

Desde 2011 he realizado análisis críticos de las candidaturas al Consejo Nacional. Por supuesto, como el objetivo de ellos es mostrar los defectos de las mismas, siempre terminan levantando más de una ceja y trastocando algunos egos. De antemano, les aseguro que habla muy bien de una figura pública su capacidad de abordar la crítica de manera tolerante y fraterna. Los grandes liderazgos se distinguen por su capacidad de dialogar tanto con amigos como con críticos.

En ese sentido, quiero agradecer a las y los candidatos que se tomaron el tiempo de responder mis cuestionamientos. Les aseguro que los más de 1,500 lectores de “Elecciones Scout: Consejo Nacional 2017”* se beneficiaron de los mismos.

En especial reconozco a las candidaturas que tuvieron la madurez de responder con seriedad los cuestionamientos. En contraste con las que simplemente se limitaron a manifestar su inconformidad sin dar respuestas a las críticas señaladas. Confío en que la membrecía y la Asamblea sabrá distinguirlos.

Lo aquí escrito se hace a título individual, en ejercicio de la libertad de opinión y expresión establecida a nivel constitucional y reconocida de manera internacional, y no expresa ni refleja necesariamente la opinión de la Asociación de Scouts de México A.C. ni de sus provincias, grupos o secciones.

*Durante los primeros siete días de la publicación, se registraron 1,518 accesos desde equipos distintos (según sus IPs) y se recibieron 749 interacciones en Facebook e Instagram. El número real de lectores podría diferir de esas cifras en función del lugar y forma en que leyeron el documento.