Realizado en las instalaciones del Instituto de Formación Policial del Distrito Federal, en simultáneo con la antes llamada Cumbre Scout Nacional, el Foro Nacional de Clanes 2011 (FNC) superó todas mis expectativas, pues los resultados fueron por mucho, mejores que los del año pasado.

Las instalaciones fueron capaces de proporcionarnos comida de calidad, camas, sanitarios limpios, agua caliente, auditorio y salones adecuados a la tarea que teníamos encomendada: expresar el sentir Rover nacional, buscando el empoderamiento juvenil.

Desde luego, no todo fue miel sobre hojuelas, durante los tres días que duró el evento surgieron fallas en la planeación de horarios (mantener eventos simultáneos no es cosa fácil) que repercutieron en tiempos muertos, mismos en los que el comité de la Red Nacional de Jóvenes tuvo que improvisar no siempre con buenos resultados. Los tiempos de discusión fueron cortos comparados con el tiempo perdido en hacer nada.

Como quiera que fuere, los coordinadores de las Redes Provinciales y los Asociados Rover presentes (¡que nos contamos en veintiuno!) logramos obtener mediante el diálogo democrático una radiografía de la situación del país y a partir de ello redactar a manera de recomendación, medidas que el Consejo Nacional debería aplicar para mejorar la situación del movimiento Scout en México.

La novedad de este año fue que charlamos frente a frente con los integrantes del Consejo Nacional y con los Presidentes de Provincia de todo el país. Gracias a este intercambio de palabras superamos varios prejuicios: ellos, los viejos, entraron creyendo que tratarían con adolescentes inmaduros, y se encontraron con adultos jóvenes con ideas claras y bien organizados; nosotros, los “jóvenes”, creíamos tratar con dinosaurios aferrados a un pasado caduco, pero nos topamos que frente a la innegable brecha generacional (¿tal vez sea mejor decir abismo generacional?) existen mentes abiertas que se esfuerzan por acortar la distancia entre edades.

Y por supuesto, estuvo la hermandad. He participado en distintos foros y eventos nacionales e internacionales, y es en los eventos Scout donde he visto el más rápido y alto nivel de sociabilidad y amistad. Bastará decir que en los tres días posteriores al evento agregué a veinte amigos a mi Facebook (os recuerdo que soy un tanto celoso de mi lista de amigos).

La Red Nacional de Jóvenes aún tiene mucho por hacer. El empoderamiento juvenil en el movimiento Scout mexicano aún no es una realidad. Aunque públicamente todos los integrantes del Consejo Nacional se muestran abiertos a la idea, basta con una observación detallada de su lenguaje corporal y del contenido conceptual y lingüístico de sus discursos para descubrirles. Son pocos los que se oponen férreamente al involucramiento juvenil en el proceso de toma de decisiones, pero aún son muchos los que sin oponerse totalmente, mantienen reservas que atentan contra el espíritu joven del escultismo.

Todavía peor, las Provincias representan el mayor reto. Ahí la oposición es más rotunda, más clara y más generalizada. Esto aunado a la desorganización de los Clanes plantea un serio reto para la Red. Este año se avanzó correctamente capacitando a los Coordinadores Provinciales, pero los esfuerzos no deben quedar ahí, lo siguiente en la agenda, en mi opinión, debe ser:

  • Lograr que las Redes Provinciales de todo el país funcionen adecuadamente
  • Que los integrantes de la Red comprendan a plenitud el concepto de empoderamiento juvenil, no se trata de una revancha generacional
  • Que la Red Nacional de Jóvenes sea reconocida jurídicamente en los Estatutos de la Asociación
  • Que cada Provincia, independientemente de su membresía, tenga un Asociado Rover adicional a su Asociado actual ante la Asamblea Nacional de Asociados

Sobre todo se debe poner atención en los últimos dos puntos, ya que sin ellos no tenemos asegurado ningún triunfo.

 

LO AQUÍ ESCRITO NO REFLEJA NI EXPRESA NECESARIAMENTE EL PUNTO DE VISTA DE LA ASOCIACIÓN DE SCOUT DE MÉXICO A.C.